EQUUS terminó. Me despido de Esther, una mujer pragmática, firme, racional y que ahoga sus pasiones tras una fachada de profesionalidad. Ha sido un viaje delicioso junto a mis compañeros. Gracias eternas a todos ellos, y, sobre todo, a Carlos Martínez-Abarca y Juanma Gómez por confiar en mí. Siempre queda la esperanza de que haya sido la penúltima función.
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